Un recuerdo teresiano quedó en Paraguay. El de Rodrigo de Cepeda, hermano muy querido de Sta. Teresa, su compañero de juegos infantiles y como ella aficionado a los libros de caballería, quien vino a América con el Adelantado D. Pedro de Mendoza, descubridor y fundador en tierras del Río de la Plata.
Rodrigo fue uno de los firmantes del acta de fundación de Asunción. Allí murió en combate con los indios y la Santa le consideraba mártir «porque había muerto en defensa de la fe»…
Las Carmelitas Descalzas precedieron a sus cohermanos con las fundaciones de Asunción en 1951 y de Encarnación en 1977. Las de Asunción procedían del monasterio de Corpus Christi de Montevideo (Uruguay) y fueron las que propiciaron la llegada de los Padres al país, así como también las que promovieron las primeras vocaciones nativas que dieron sus primicias en 1981 cuando ingresaron en el Noviciado de Tandil (Argentina) los primeros novicios paraguayos.
Estos tres primeros paraguayos se llaman Ernesto Ferreira N., Miguel Angel Martinez M. y Mario Raimundo Acosta L., quienes profesaron en 1982 en La Plata (Argentina)…
El Consejo Provincial autorizó el 1° de febrero de 1983 al Delegado Provincial del Uruguay para que comprara los terrenos para la fundación.
Para asegurar la presencia en el país trabajaron mucho las MM. Carmelitas y los padres del P. Ernesto Ferreira Nizza. Estos últimos adquirieron en el sector de Lambaré los terrenos para el convento y los donaron a la Orden.
Fuente: Fr. Rafael Mejía Maya, Los Carmelitas Teresianos en América Latina.