Para ser un fraile carmelita descalzo, el candidato pasa por varias etapas de formación espiritual, humana, carismática y académica. Es un proceso en el cual el vocacionado busca su identidad como persona y como cristiano, discierne cuál es su vocación en el mundo, en la Iglesia y en el Carmelo Teresiano.
Estas etapas son:
Aspirantado
Acompañamiento del discernimiento vocacional
El aspirante es quien se acerca al Carmelo con ánimo de conocer el carisma y el estilo de vida comunitario que llevamos a fin de ir discerniendo y descubriendo su propia vocación en el carisma, en la vida fraterna y de oración y misión.
Postulantado
Primeros pasos dentro del Carmelo
El postulante es quien, luego de un acompañamiento vocacional, ya a pedido el ingreso al Carmelo para iniciarse en la formación religiosa y carismática y empieza a formar parte de una comunidad religiosa en la cual va desarrollándose como religioso en la vida de oración, fraternidad, formación y misión. Aquí se sigue conociendo el carisma teresiano-sanjuanista y se empiezan los estudios de filosofía en la facultad de teología.
Noviciado
Preparación para la vida religiosa
En el noviciado se suspenden los estudios académicos para centrarse en la formación religiosa y carismática. Se recibe el hábito de la Virgen del Carmen y el apellido religioso, y durante todo el año el novicio se prepara para hacer la primera profesión de los votos religiosos profundizando en el estudio de la regla de vida de la Orden del Carmen Descalzo y del derecho universal (de toda la Iglesia), de los escritos de los santos fundadores Teresa de Jesús y Juan de la Cruz y de otros Santos y documentos de la Orden.
Teologado
Primeros pasos en la vida religiosa
Luego de terminar el noviciado y hacer la primera profesión religiosa (que se renueva cada año), se retoman los estudios académicos adentrándose en la teología. En esta etapa el «profeso simple» sigue descubriendo la forma de vida en el Carmelo a la par de los estudios de teología y se prepara para la profesión solemne, o también llamada definitiva o perpetua.
Profesión Solemne
El «sí» definitivo
Al término de los estudios teológicos y luego de haber renovado de tres a seis años la profesión simple, el religioso de votos temporales pide la admisión definitiva en la Orden del Carmen y se prepara para la profesión religiosa definitiva para lo cual se prepara con un año pastoral y unos meses de «segundo noviciado» y, al ser aprobado por el superior y la comunidad formativa, es admitido a la profesión solemne formando así parte de la familia del Carmelo ya definitivamente. Y si el religioso lo desea, se prepara ya para el sacerdocio ministerial.