Cofradía

Un poco de historia

El p. Mariano de San Juan de la Cruz publicó un libro sobre la devoción de la Virgen del Carmen en Uruguay en honor al VII centenario Carmelitano que se festejó en 1951. En el prólogo del libro, Mons. Antonio María Barbieri, Arzobispo de Montevideo, escribe: «Este estudio ha puesto de relieve una realidad escondida; la religiosidad de nuestro pueblo aparece en la infinidad de templos levantados en honor de la Virgen del Carmen» y termina diciendo «no olvidemos nunca que a la sombra de la devoción carmelitana nació la patria y la libertad.»

Artigas, al fundar la ciudad de Carmelo, la bautizó con ese nombre en honor a la Virgen del Carmen, su protectora, y donó la bellísima imagen de Nuestra Señora que allí se venera. El poeta Zorrilla de San Martín expresa: «No comprenderá la belleza de la figura de Artigas quien no se sienta con fuerza suficiente para penetrar respetuoso hasta aquel fondo de su espíritu, donde está encendida esa devoción a la Virgen del Carmen. No comprenderá esa belleza, ni belleza alguna.»

Ya en 1751 se establece en la Iglesia Matriz, hoy Catedral Metropolitana, la Cofradía de Nuestra Señora del Carmen; sus fieles celebran sus festividades con mucha solemnidad y gran concurrencia. Es por esta razón que los Carmelitas, al llegar a tierra uruguaya, encontraron campo propicio para la propagación de su culto. En la Parroquia de la Aguada se venera a la Virgen del Carmen desde 1790. Allí fue invitado en 1911, al año de su llegada al Uruguay, el p. Constancio quien, luciendo por vez primera su capa blanca carmelitana, llevó a cabo un Novenario del Carmen seguido por innumerables devotos: «desde entonces los Carmelitas no han cesado de predicar y cantar las glorias de su Madre Santísima la Virgen del Carmen por todo el Uruguay» (p. Ludovico de la Virgen del Carmen, Los Carmelitas en el Uruguay).

El gran apóstol de la devoción carmelitana en el Uruguay fue Mons. Jacinto Vera y Durán, primer Obispo Diocesano, quien predicaba, en sus giras misionales por el interior, el amor a la Virgen del Carmen. El 20 de julio de 1864, siendo el P. Jacinto Vera párroco de la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, funda la Cofradía de la Virgen del Carmen en Canelones y, cuando en 1883 Mons. Dr. Inocencio María Yéregui le sucede en el obispado de Montevideo, expide el decreto de fundación canónica de la Cofradía del Carmen en el Sauce, departamento de Canelones.

El gran esfuerzo del P. Constancio cuando llegó al Uruguay en 1910 para estableserse en Montevideo tenía como meta, por sobre todo, predicar su apostolado y su gran devoción a la Virgen del Carmen. Una de las notas características de la espiritualidad del Carmelo es la presencia de la Virgen María en la vida del carmelita, la comunión con su persona, la imitación de sus virtudes, un culto de especial veneración. Es por esto que la Cofradía del Carmen está tan íntimamente unida a la Orden de los Carmelitas Descalzos.